Un equipo de investigadores en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha diseñado un sistema de detección de incendios que es capaz de localizar el inicio de un fuego en pocos minutos utilizando tecnología de bajo coste.
La red de vigilancia se ha denominado Wi-FLIP y está basada en una serie de sensores de visión inteligente que analizan los cambios de intensidad luminosa y distinguen el humo de otros fenómenos del paisaje. El sistema puede controlar una distancia aproximada de 150 metros, según se demostró durante las pruebas realizadas con el prototipo en los montes de Navas-Berrocal de Almadén de la Plata (Sevilla), lo que permite minimizar el número de falsas alarmas que se producen con los sistemas tradicionales, que tienen asignadas grandes extensiones de terreno.
Según explica Jorge Fernández Berni, investigador del Instituto de Microelectrónica de Sevilla, la gran ventaja del proyecto es que diferencia el humo del movimiento de las nubes, la vegetación o la fauna y que es capaz de adaptarse a las diferentes condiciones de iluminación que se dan a lo largo del día.
Una cámara inalámbrica inteligente es la base de este sistema de detección temprana. A cada módulo Wi-FLIP se asigna un área de vigilancia de corto alcance, y, si se produce un incendio, el módulo usa la red de sensores o cámaras para enviar vía radio la señal de alarma junto a una fotografía a la estación de extinción más cercana.
De momento, el proyecto solo es viable para pequeñas extensiones, por lo que, para establecer una red más grande, la gestión de las comunicaciones sería el primer paso a adoptar. Como explica Fernández Berni, primero habría que determinar los caminos más óptimos para la retrasmisión de la alarma a la estación base, después establecer qué nodos son los más importantes dentro de la red y, por último, analizar cómo se van a gestionar los errores en la transmisión y recepción de los datos.
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