sábado, 16 de marzo de 2013

La “máquina de Dios” halló la partícula más buscada


Es el bosón de Higgs o “partícula divina”, pieza clave para entender los orígenes del Universo. Fue pronosticada en 1964 y el año pasado anunciaron que había pistas de su existencia. Ahora lo confirman.



“Si uno comienza con certezas, terminará con dudas; pero si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas”, sostenía el filósofo inglés Francis Bacon. Más de 200 investigadores empezaron con la duda sobre la existencia de una partícula relacionada con el momento del origen del Universo, llamada bosón de Higgs (o popularmente, “partícula de Dios”). Ayer –justo en el día del cumpleaños del físico Albert Einstein– presentaron las evidencias más sólidas. Ya no quedan dudas. Existe esa partícula que interactúa con otras para darles masa. Y sin masa, el Universo sería muy diferente En julio del año pasado, más de 2.000 científicos de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (más conocido como CERN, el mismo lugar donde se inventó Internet y que está situado en la frontera entre Suiza y Francia) habían mostrado las evidencias preliminares de la partícula, que fue predicha principalmente por el físico escocés Peter Higgs en 1964. 

Desde aquel año, los físicos acariciaban el sueño de encontrar evidencias para corroborar que Higgs estaba en lo cierto. La partícula no se puede observar en la naturaleza, sino que había que producir experimentos con mucha energía para detectarla. Y eso es lo que se hizo: se construyó el gran colisionador de hadrones (es el más grande del mundo y se lo conoce como LHC o “máquina de Dios), que empezó a funcionar en 2008, con algunas intermitencias, y empezó a producir choques de partículas. Como esos choques producen decaimientos, se hacen mediciones que indican la existencia del bosón. 

Durante la primera etapa de construcción, un equipo de trabajo argentino del Laboratorio de instrumentación y control, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, encabezado por Mario Benedetti, contribuyó a generar circuitos eficientes de conversión de potencia. También hubo aportes de ingenieros del laboratorio de electrónica industrial de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Una vez que empezaron los choques de partículas, los investigadores de la UBA y la UNLP, dirigidos por Ricardo Piegaia y María Teresa Dova, con apoyo del Ministerio de Ciencia de la Nación, estuvieron involucrados en el proyecto del experimento ATLAS.

“El año pasado, ya teníamos la cantidad suficiente de información para demostrar que el bosón de Higgs”, dijo a Clarín Daniel De Florian, investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, que participa en el proyecto internacional desde Buenos Aires. Desde julio hasta ahora, los investigadores pudieron analizar dos veces y media más registros de colisiones que confirman la partícula. Aunque surgió otra pregunta: “Ya no podemos decir ‘el’ bosón de Higgs, sino que existe la posibilidad de que haya diferentes tipos de bosones de Higgs”, comentó De Florian. Ya tienen la certeza de al menos 1 bosón de Higgs, pero nadie se dormirá en el CERN en el logro. Los próximos dos años, se harán reparaciones y actualizaciones del colisionador, y luego se lo intentará que se más energético. Mientras duren las reparaciones, los investigadores seguirán analizando y chequeando un montón de información que ya tienen por los experimentos que hicieron.




clarin.com

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